Los medicamentos homeopáticos son fáciles de usar ya que la mayoría se presentan en forma de pequeñas pastillas azucaradas. Estos medicamentos son por tanto fáciles de transportar y almacenar. Su administración suele funcionar bien para los niños que presentan dificultades de tomar tratamientos.
Los tratamientos homeopáticos han mostrado ser seguros a través de numerosos ensayos clínicos que los avalan.
La homeopatia ayuda al organismo a estimular su sistema de defensa natural ya que el principal objetivo de la medicina homeopática es ayudar al cuerpo a tratar los síntomas de enfermedades. Por tanto el cuerpo mejora su capacidad de sanar.
Los tratamientos homeopáticos se consideran no invasivos, por lo que no alteran los procesos naturales del organismo. No afectan al sistema digestivo como suele ser el caso de algunos tratamientos con medicamentos tradicionales y no generan alergias.
Los medicamentos son naturales, por tanto no hay riesgo de adicción ni de efectos secundarios. Esto los hace adecuados para su uso por mujeres embarazadas, mujeres en lactancia, niños, adultos sensibles, enfermos polimedicados y personas en la tercera edad.
Los tratamientos homeopáticos presentan muy buenos resultados en el tratamiento de los sintomas de enfermedades crónicas, especialmente en enfermedades que no se pueden tratar con medicamentos tradicionales.
Cada tratamiento se receta de forma individual en función de los síntomas que presenta el paciente y no sólo basado en el diagnóstico de la enfermedad. Además, pueden ser administrados como complemento a otras formas de terapia o medicamentos.
Muchas de las personas que han seguido tratamientos homeopáticos perciben una mejoría no sólo en su salud física sino también en su salud mental y emocional.